Me encanta viajar.
Si tuviera que hacer un ranking de las cosas que más feliz me hacen, viajar estaría entre las tres primeras.
Cuando tenía 13 años me di cuenta de lo mucho que me entusiasmaba aprender idiomas y conocer más sobre otras culturas; desde ese momento pasé los siguientes veranos suplicando a mis padres que me dejasen viajar al extranjero para estudiar inglés. Irlanda y Reino Unido siempre fueron los dos destinos que más me atraían, aunque me habría conformado con cualquier cosa con tal de salir de España.
Ahora, con 19 añitos recién cumplidos y en mi primer año de universidad, por fin he conseguido convencer a mis padres; en un par de días estaré sentada en un avión rumbo a Edimburgo, la ciudad de la magia y el misterio. Todavía no he ido y ya quiero volver.
El motivo principal de este viaje es soltarme con el idioma. Tras 14 años estudiando inglés lo suyo sería que todos dominásemos la legua cual nativos, pero no es así. En mi caso, las capacidades de entender lo que leo y de expresarme por escrito las tengo bastante dominadas, pero la expresión oral es algo difícil de practicar en nuestro país (a no ser que te busques la vida fuera de las aulas). Así que, mis expectativas en cuanto a este viaje se centran en volver a casa sabiendo al menos articular alguna frase de forma decente.
Dejando a un lado los motivos académicos, reconozco que no quepo en mí de entusiasmo solo de pensar en visitar la ciudad, los museos, los parques y los alrededores. Tengo muchas ganas de conocer desde dentro la cultura británica, y por eso, voy a vivir dos semanas en una casa con una mujer escocesa. Tendré tres compañeros de casa, dos chicos y una chica, con la que compartiré habitación; y lo mejor de todo es que no pueden coincidir nacionalidades, por lo que tendremos que hablar en inglés necesariamente entre todos. Por las mañanas iré a clase y por las tardes seré libre para vivir metida de lleno en Reino Unido, yo solita. Todavía no me lo creo.
La verdad es que estoy muy nerviosa, es mi primera vez viajando sola tan lejos de casa. Pero tengo grandes expectativas con este viaje y sé que solo será el principio de una larga lista de destinos por todo el mundo.
Allá voy.